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Perder el bolso


Esta noche he estado sentado, tomando el fresco, en la plaza de la catedral. Serían como las 00:30, y me he levantado. He cogido la bolsa de plástico, y me he ido para casa, pensando en lo fresquito que se está en Granada, en lo caro que sería bajar la luna a la Tierra (y los follones gravitacionales que implicaría) y en lo que iba a hacer mañana. Cuando llevaba 20 minutos andando, me he dado cuenta de que no llevaba el bolso, que me lo había dejado en el escalón en el que había estado sentado.

He vuelto sobre mis pasos, corriendo, y he llegado a la plaza para encontrarme a una familia sentada justo en el mismo escalón en el que había estado yo. He reconocido al niño con la bici de haber estado viendo cómo le daba vueltas a la plaza, y en cuanto me han visto la mujer ha levantado el bolso y lo ha agitado en el aire, a modo de saludo.

Estaba todo. Intacto. Obviamente se lo he agradecido mucho y me he ido tan contento. De primeras he pensado "joder, es lo mismo que hubiera hecho yo"... pero no es lo mismo que hubiera esperado del resto de la humanidad.

No quiero irme de aquí nunca. Nunca. Hoy me lo han recordado al devolverme el bolso.

Me han recordado lo fantástica que es la gente, y me he acordado, volviendo a casa con mi bolso, de lo genial que es la gente que hay en mi vida ahora. Quiero daros las gracias a todos, porque todos y cada uno de los que estáis leyendo el blog ahora mismo, tenéis un trocito de culpa de que me sienta feliz con lo que tengo y que, contra todo pronóstico, no quiera perder la vida que tengo ahora mismo. Habéis conseguido que, aunque me parecía imposible, vuelva a decir de vez en cuando, sonriendo y en voz alta: "joder, me encanta mi vida".

Ojalá todo esto no se acabe nunca, ojalá no cambiemos, ojalá no nos separemos... pero como sé que eso no es posible, espero al menos que esta racha dure lo más posible y que cuando acabe, todos nos acordemos con una sonrisa los unos de los otros, y seamos capaces de vernos de vez en cuando, aunque sea un par de veces al año en un salón, para tomar unas cervezas y reirnos un rato.