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Reteniendo El Amanecer

Hoy he visto amanecer.

Otra vez.

Es un proceso bastante curioso, empieza a alargarse la noche y no te das cuenta. Primero son las 12, y pienso que es buena hora de acostarse... estaría bien que me diera sueño ahora. Luego son las 2... es tarde, pero nada preocupante. A las 3 y pico empiezo a pensar que mañana vas a tener sueño cuando quiera levantarme. A las 4:30 la cosa pasa de castaño oscuro. A las 5 y media empiezo a pensar "como me acueste después del amanecer verás tú mañana qué risa... ¿y si ya empalmo?" Cuando estaba en Jaén, este punto de "me he pasado" lo marcaba el ruido de Miguel Ángel, el frutero, descargando su furgoneta y abriendo la frutería. Aquí no tengo ningún indicativo claro todavía.

Luego son las 6... y salgo a la azotea. Todavía no hay luz, pero los pájaros de la ciudad ya están haciendo todo el ruido que pueden hacer y más. Nunca he entendido si están eufóricos, o agobiados. Sin embargo, la sensación de silencio es sobrecogedora. Me gusta ver las calles vacías: no están ni los que se acuestan tarde porque están de fiesta, ni los que madrugan. No hay nada abierto, ni coches.

Siento el frío: me encanta el frío, especialmente el de la madrugada. Me acuerdo de cuando madrugaba para ir a una excursión con el colegio, o con los scouts. Me acuerdo de despertarme a las 4 para orinar, en pleno invierno, en mitad de la montaña... y terminar dando un paseo, helado de frío, por el bosque hasta que amanecía. Yo conmigo mismo, sin el ruido de los demás niños ni monitores. Recuerdo ver lechuzas, un zorro totalmente blanco, recuerdo ver conejos y lagartijas... recuerdo con muchísimo cariño el despertar del bosque.

Últimamente el amanecer me ataca de improviso, veo acercarse la hora e intento retenerlo. Es como si, por no pensar que ya son casi las 6 y va a amanecer, no fuera a suceder. Parece que si reconozco que he visto amanecer una vez más, estoy reconociendo que todo esto está pasando, y no quiero... si se alarga la noche parece que todo es normal, y que todo está bien.

Hay una escena en Siegfried, de Alex Alice, que me recuerda mucho a mis sensaciones con el amanecer últimamente:

Odín se mantiene erguido, reteniendo el amanecer: está esperando a su hija la valquiria. Sabe que si no vuelve antes del amanecer, habrá desobedecido su ley y será una prueba de que le ha traicionado... así que no quiere aceptar lo que pasa, y retiene el amanecer con su puño, negándoselo al resto del mundo, esperando "sólo un poco más", para ver si aparece en el último instante y no era más que una falsa alarma. Mientras tanto, Frigg, la esposa de Odín, le pide que deje salir al Sol, que reneterlo para siempre no va a traer a su hija de vuelta y no va a cambiar nada.

Siempre me ha parecido una página preciosa del libro, cargada de significado... pero ahora además me siento identificado.

A veces, cuando veo el amanecer desde la azotea, no puedo evitar querer retenerlo.


































Kirby informando en directo desde su centro de mando ;)

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